El baile ha sido el tema escogido en
Andrés Sardá para
celebrar su 50 aniversario. Hubo tango, bailes latinos, vals y por
supuesto, flamenco. Al son de una escobilla y castañuelas han desfilado
sus poderosas mujeres. No faltaba nada: allí estaban las mantillas, las
peinetas y los volantes.
Pero los tópicos lo son por algo y es que
funcionan.
Nuria Sardá ha hecha declarciones para revistas importantes y ha cometado que antes del
show
que las modelos estaban encantadas cuando se probaban la ropa con la
que desfilarían. Y no eran las únicas; el desfile de lencería ha vuelto a
reunir a una multitudinaria audiencia deseosa de ver a mujeres bellas
envueltas en escuetas y delicadas piezas de plumas, encajes, gasas y cristales de
Swarovski.
Las nuevas creaciones han aparecido acompañadas por los grandes clásicos de la firma como los
bodys
transparentes y conjuntos de colores fotografiados por Hamilton en los
setenta; el sujetador con tirantes de seda y las escultóricas bragas de
blonda escotadas; el
balconette con efecto
push up; el modelo con aplicaciones de visón creado en la década del 2000 y el
top
de tiras cruzadas en la espalda en su versión con y sin
perlas. Delicados trozos de tejido que recogen los momentos más
emblemáticos de la firma en un recorrido visual que rinde homenaje a su
gran protagonista, la mujer.
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