En los años 50 estalló el denim como fenómeno social en América
y la mujer lo incorporó a su forma de vestir. En los 60 fue símbolo de
rebeldía para los estudiantes y así pasó a denominarse jeans. Después,
en los 80 nacieron los vaqueros de diseño, una prenda básica para los diseñadores.
Hoy en día los jeans cambian el azul índigo original por tintes de colores neutro:
camel, burdeos, gris marengo_Una paleta sofisticada que sirve de excusa
para renovar también la lista de aliados. En lugar de básicos de
algodón, clásicos con un aire más burgués: capas de lana, estolas de
pieles, tweed. Una estética que recupera los mejores iconos de los años
70 (pantalón vaquero de campana y talle alto).
Hace varias temporadas que los jeans acampanados intentan desbancar a los modelos stretch
que se ajustan casi como si fueran leggings. Esto confirma que hoy
todas las tendencias en denim conviven en armonía. E incluso se unen
para crear una silueta intermedia de pernera Slim solo un poco
acampanadas en el bajo.
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